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| Xalapa, Ver. | 19 Oct 2024 - 11:25hrs

Carlos Hugo Hermida Rosales
Fotos: Omar Portilla Palacios

Xalapa, Ver., 19/10/2024. “La ópera llegó a México como una semilla de un trabajo de gobierno impulsado por Lucas Alamán, quien articuló un proyecto cultural con la idea de mostrar ante el mundo a un país civilizado”, explicó Aurea Maya Alcántara, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez”.

La investigadora presentó el libro Ópera y gastos secretos, en el auditorio de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), donde estuvo acompañada por Julieta Varanasi González García y Mario Roger Quijano Axle, catedráticos de la entidad académica.

En su obra, Aurea Maya traslada al lector a los principales teatros de la Ciudad de México en el siglo XIX, época en la cual, pese a la inestabilidad política y económica, compañías de ópera italiana deleitaban a las clases altas con partituras de Rossini, Donizetti y Bellini.

La autora mencionó que, hasta hace pocos años, la historia de la música en México señalaba que estas agrupaciones extranjeras llegaron con el Porfiriato, cuando su presencia se remonta a la primera mitad del siglo XIX, gestionada por Lucas Alamán.

“El político las contrató con cifras elevadas, financiadas a través de partidas de gastos secretos”, puntualizó.

La historiadora compartió que cuando Alamán –quien gobernó el país por unos días en compañía de Pedro Vélez y Luis Quintanar– dejó el poder en manos de Anastasio Bustamante, los contratos continuaron solventados de la misma manera, lo cual fomentó que surgiera una generación de artistas mexicanos que hacia 1859 componían y estrenaban sus piezas.

“Aquí no había conservatorios, pero estos creadores se desarrollaron gracias al influjo de las compañías citadas al principio, y después de las iniciativas particulares”, mencionó.

En su intervención, Julieta González comentó que en su obra Aurea Maya explica como la ópera en sus facetas artística, empresarial y política, fue decisiva en la configuración del México independiente, porque en torno a ella los gobernantes y élites conservadoras y liberales diseñaron un ambicioso proyecto cultural.

“Modernidad y civilización fueron los pilares de esta iniciativa, que implicó el desembolso de grandes sumas de dinero provenientes de los fondos secretos del erario, que se justificó en aras de la educación y la formación del buen gusto de la población”, manifestó.

Por su parte, Quijano Axle explicó que la autora indaga en los aspectos sociopolíticos de la construcción de la identidad de México ante el resto de las naciones.

“Para presentarse como un país civilizado, en el territorio nacional debían desarrollarse formas de entretenimiento similares a las que ocurrían en las principales capitales del mundo”, destacó.