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| Xalapa, Ver. | 06 Oct 2024 - 21:53hrs
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: Omar Portilla Palacios y Luis Fernando Fernández
Xalapa, Ver., 06/10/2024. Tras cinco años de haber sido certificada, la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual (CUSRS) de la Universidad Veracruzana (UV) migrará hacia el nuevo Modelo Único de Evaluación de la Calidad en la Atención Médica (MUEC), el cual es obligatorio para todo el sector salud del país, informó Matilde Arellano Gajón, coordinadora de Gestión de la Calidad de la clínica.
En este proceso participan estudiantes de servicio social que fueron capacitados en las ocho acciones esenciales para la seguridad de la persona, y se aplican tanto en entornos hospitalarios como ambulatorios.
Éstos son: Identificación del paciente; Comunicación efectiva; Seguridad en el proceso de medicación; Seguridad en los procedimientos; Reducción del riesgo de infecciones asociadas a la atención de la salud; Reducción del riesgo de daño al paciente por causa de caídas; Registro y análisis de eventos centinela, eventos adversos y cuasi fallas; y Cultura de seguridad del paciente.
Indicó que a la fecha en la CUSRS no se ha presentado ninguna incidencia dentro de los riesgos que puede tener una persona enferma en su tratamiento, resultado del control que se tiene en la higiene de las áreas tanto de servicio como de laboratorios, y la vigilancia de los correctos tratamientos que se prescriben.
Alianza terapéutica en la seguridad del paciente
Sebastián Salem Escalante, doctor en Ciencia del Comportamiento adscrito a la CUSRS, mencionó que cuando una persona entra en contacto con cualquier servicio de salud, el principal objetivo es no hacer daño, “cuando una persona viene conmigo, que tenga la seguridad de que si no va a ser posible mejorarle, tampoco la voy a empeorar”.
Agregó que en la seguridad del paciente es importante la comunicación, porque de ella se deriva un diagnóstico y tratamiento correcto, por ello consideró importante reflexionar acerca de cómo se lleva a cabo la práctica médica, y de qué manera se relacionan y comunican médico-paciente.
“Si obtengo información errónea de mi paciente voy a llegar a un diagnóstico equivocado, lo que va a condicionar una serie de problemas; y si a la hora de explicar no me aseguro de que haya entendido correctamente, va a llevar a ciertas conductas que pueden resultar peligrosas”, detalló Salem Escalante.
Para reducir riesgos, dijo, se requiere de un trabajo de equipo; debe forjarse una alianza terapéutica en donde el núcleo es el médico, el paciente y todo el personal que está alrededor, hablamos de nutrición, enfermería, psicología, trabajo social y también cuenta la familia de la persona.
Añadió que es importante darle voz a quien acude a consulta para que se exprese, puesto que en ocasiones piensa “el médico está muy apurado, no me preguntó, no me revisó, no me dejó hablar”, pero no lo externa.
En su opinión, la primera parte de la consulta siempre es una tribuna abierta donde la persona con un padecimiento puede desahogarse y contar su problema desde el principio, lo que cumple dos funciones: da una cantera rica de información de cómo es el proceso, y a nivel psicológico permite que se desahogue y empiece a sentirse mejor desde ese primer contacto.