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| Xalapa, Ver. | 18 Ago 2024 - 01:01hrs
Xalapa Ver., 18/08/24. A través de su comunicado dominical, la Arquidiócesis de Xalapa informa que las reliquias de primer grado del Apóstol San Judas Tadeo llegan por vez primer vez a México y a la Arquidiócesis de Xalapa.
De manera textual señala: El mes patrio en sus primeros días, del 2 al 8, será el tiempo para que muchos de los bautizados de la Arquidiócesis puedan vivir y expresar una fe pura y sencilla en Dios Todopoderoso como testimonio de salvación.
La visita de las reliquias ayudará a muchos porque los mexicanos y los veracruzanos estamos hoy necesitados de reconciliación y unidad nacional ante los peligros de debilitar y fulminar la cultura y vida democráticas so pretexto de confundir la voluntad de muchos ciudadanos como un mandato absoluto para violar el estado de derecho y el equilibro de poderes del Estado Mexicano.
Todos tenemos voz y voto en una república; ésta es un espacio de las cosas públicas que son y deben ser de interés de todos.
La fuerza de amor divino y del Evangelio de la que es portador la presencia del San Judas Tadeo se hacen tan necesarias para muchos, pues permite que se renueve la esperanza y vida democrática de cada ciudadano que aspira vivir en paz y en justicia en medio de la diversidad de opciones políticas.
La vida nueva y el reino de Dios que predicó Jesucristo se podrán reavivar si se acepta con fe la presencia del Apóstol San Judas Tadeo hasta el grado que ésta conduzca a un compromiso para que las visiones diferentes de los demás sean tomadas en serio y en cuenta, pues el “Estado, en efecto, debe garantizar cohesión, unidad y organización a la sociedad civil de la que es expresión, de modo que se pueda lograr el bien común con la contribución de todos los ciudadanos” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, número 168). La razón de un buen gobierno es el bien de todos, históricamente realizable en cada área de la vida México y Veracruz.
Es tiempo de unidad y reconciliación en la Nación Mexicana pues la división y hegemonía de un solo partido no puede abarcar todas las posibilidades de desarrollo integral para todos.
La exclusión de los demás y el privilegio de unos cuantos conducirá tarde o temprano a más altos niveles de pobreza espiritual y material.
La participación de todos en el gobierno demanda y requiere la responsabilidad de todos sin excepción alguna, pues en un “Estado democrático, en el que las decisiones se toman ordinariamente por mayoría entre los representantes de la voluntad popular, aquellos a quienes compete la responsabilidad de gobierno están obligados a fomentar el bien común del país, no sólo según las orientaciones de la mayoría, sino en la perspectiva del bien efectivo de todos los miembros de la comunidad civil, incluidas las minorías” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, número 169). El Estado democrático requiere, ahora más que nunca, la altura de miras y mirada de todos los mexicanos.