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| | 29 May 2024 - 11:45hrs
29/05/2024.- Si bien sus padres se dedicaban a la docencia y no provenían de la carrera militar, el contraalmirante Guillermo Ríos nació en la ciudad de Punta Alta, muy cerca de donde yace Puerto Belgrano, la principal Base Naval Militar de la República Argentina, referencia geográfica influyente en su decisión para ingresar a la Escuela Naval Militar en 1983, al año siguiente de la Guerra de Malvinas.
Ese fue el inicio de una extensa trayectoria que incluyó múltiples ascensos en la Armada Argentina con destacada participación en diversas Misiones de Paz de las Naciones Unidas. Su primer despliegue fue en la Fuerza de la ONU para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP) en 1993 y 1994; posteriormente, entre 1997 y 1998 se desempeñó como supervisor de Desminado Humanitario en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Angola. En 2007, se unió al contingente como observador militar en la misión Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (UNTSO) en Medio Oriente.
El 13 de septiembre de 2022, luego de un arduo proceso de selección, asumió el desafío profesional más importante de su vida: liderar la Misión de Naciones Unidas en India y Pakistán (UNMOGIP), donde tiene a cargo 44 observadores militares de 13 nacionalidades diferentes y 74 civiles de los cuales 49 son locales. Su gestión comenzó en la sede de la ONU, donde se reunió con el Secretario General, António Guterres, para luego desembarcar en su nuevo doble rol de jefe de Misión y jefe de Observadores, en el cual permanecerá hasta septiembre de este año.
El contralmirante argentino Guillermo Ríos (izquierda), Jefe de Misión y Observadores del UNMOGIP, y el Secretario General de la ONU, António Guterres (derecha).
Naciones Unidas
“El personal militar y civil de la misión actúa en ambos lados de la frontera. Una parte esta en Islamabad, la capital de Pakistán, donde hay siete estaciones de campo. La otra parte de la misión esta en Srinagar donde me encuentro ahora, el corazón de la Cachemira administrado por la India, muy alejado de Nueva Deli, donde hay tres estaciones de campo. El mandato que nosotros tenemos es el de reportar al Consejo de Seguridad, a través del Departamento de Operaciones de Paz de la ONU cualquier novedad que exista en cuanto a alguna falla al cese el fuego. Nosotros estamos acá para tratar de evitar un conflicto entre ambos ejércitos, entre ambas fuerzas armadas.”
Servicio y Sacrificio familiar
Todo el personal que decide formar parte de las operaciones de paz de la ONU entiende que deberá postergar aspectos familiares y personales. En casi 20 meses que el contraalmirante Ríos lleva al frente de la Misión en India y Pakistán, solo pudo regresar una vez a la Argentina, en ocasión de la graduación de uno de sus tres hijos. Sin embargo, si pudo convivir unos meses en 2023 y otros en 2024 con su mujer en Islamabad.
Esta misión al ser bipartita requiere que el personal se establezca medio año en cada lado de la frontera, y cuando es el turno de Pakistán, la familia del personal puede acompañarlos. Los hijos del contraalmirante no concurrieron por no poder interrumpir sus estudios universitarios.
“Mi familia me apoyó siempre en este tipo de cuestiones, y tengo que agradecerle mucho a mi esposa, ya que cuando uno hace estas largas ausencias, ellas son las que llevan adelante la rutina familiar. A mí me ha tocado estar solo en varias misiones, y en otras en las cuales he podido llevar a mi familia tuve la posibilidad de que vengan conmigo. Mis hijos hoy ya son grandes, estar alejado de la familia no es fácil, pero ahora, a diferencia de cuando yo me fui a Chipre en 1993, nos comunicamos todos los días por videollamada y parece que uno está junto con ellos, concretamente permite que la distancia se haga más llevadera”, aseguró.
La importancia de las mujeres en las Operaciones de Paz
La paridad de género es una prioridad de la ONU a lo largo de todas las dependencias de la organización, y a veces resulta más desafiante lograrla en las misiones de paz debido a que los despliegues implican que las mujeres deban relegar las tareas de cuidados familiares.
En este sentido el contraalmirante Ríos contó con entusiasmo que: “Actualmente, entre los 44 observadores contamos con la primera mujer del Ejército argentino en esta misión. Justamente Argentina ha sido un país precursor en cuanto a la cantidad de mujeres en las Fuerzas Armadas, en altos escalafones de comando y en la participación en las misiones de paz de la ONU”.
Continuó expresando con énfasis: “Aquí en la Misión contamos con un 23% de despliegue femenino entre los 44 observadores, también en el ámbito del personal civil local e internacional la ONU apela a la paridad, y nosotros en los reclutamientos que hacemos buscamos la incorporación de mujeres, ante la igualdad de capacidad damos preponderancia a la mujer.
A mí me tocó el año pasado hablar en representación de los militares que están al frente de las misiones de paz en una conferencia en Dhaka, Bangladesh, sobre paridad de género y resalté que el aporte de la mujer en ciertos países es crucial porque permite el acercamiento a la población local, especialmente con niños y con otras mujeres, que sienten otro grado de confianza a la hora de comunicarse.
La presencia de una mujer observadora militar hace posible y facilita esa conexión con la población local femenina, es muy notorio cada vez que visitamos áreas de control en ambos países, es una cuestión vinculada a costumbres locales, tradiciones más patriarcales, en las cuales siempre es el hombre quien habla con los efectivos masculinos”.
Valores esenciales de los casco azul
Ante esta premisa, el contraalmirante fue categórico al resaltar que no difieren de los que se promueven en las fuerzas armadas.
“Se requiere de profesionalismo, disciplina, lealtad, obediencia, trabajo en equipo, y diría que también coinciden con aquellos valores que las Naciones Unidas consideran valores fundamentales: la imparcialidad, la empatía, la capacidad de no interferir en el mandato sino más bien cumplirlo según las exigencias de la ONU. Más allá de la formación que tenemos los militares, el entrenamiento que realizamos en los centros de preparación para personal de paz de la ONU (…) te llevan a conocer las reglas internacionales que las Naciones Unidas requieren para un contingente u observador.”
Mencionó también que a la hora de liderar un grupo conformado por personal con diferentes nacionalidades es indispensable fomentar la convivencia entre integrantes multirraciales y multirraciales.
“Aunque diría que los militares a pesar de provenir de distintas naciones tenemos una educación y una formación similar, con los mismos valores, y eso nos lleva a entendernos e interactuar bien rápidamente a pesar de las diferencias.
Se pueden afianzar grandes amistades en las misiones, porque se comparten muchas horas, se enfrentan vicisitudes, se recibe apoyo cuando la distancia familiar afecta, y uno siempre queda con relaciones que persisten, yo tengo amigos de misiones anteriores, nos seguimos escribiendo, nos visitamos mutuamente.”
Salud mental
Para el contraalmirante Ríos la salud mental del personal de paz es sumamente importante.
“Lo que hacemos en esta misión para combatir el estrés y brindar apoyo ante el alejamiento de la familia y los afectos son tareas de bienestar, en las cuales se trata de
asegurar a todos el cable a tierra necesario. Generamos actividades cuando las tareas operacionales lo permiten, entre ellas algunas instancias deportivas, y la ceremonia de entrega de medallas dos veces al año, así como conferencias donde viene personal especializado a dialogar sobre diversas temáticas, entre ellas el manejo de estrés,” explica.
A esto se le suma el personal civil, quien sugiere consejos útiles para la adaptación e integración tras el despliegue y el seguimiento del estado de salud de cada observador por parte de una médica que los va visitando continuamente por las estaciones.
Bitácora de dos años de misión
A pocos meses de finalizar su gestión y al reflexionar sobre las vivencias y el aprendizaje adquirido en estos casi dos años de mandato, asegura que se lleva de esta experiencia el orgullo de haber representado a la Argentina en esta relevante posición.
“Me llevo el conocimiento detallado del manejo de las Naciones Unidas a este nivel, porque en este momento soy el representante del Secretario General ante India y Pakistán, y tuve la oportunidad de participar de las conferencias anuales, sentarme con enviados especiales y representantes en misiones de paz y en misiones políticas que tiene la ONU a lo ancho y a lo largo del mundo. Me he sentido completo en mi carrera como oficial de la Armada y este cargo ha sido un extra, una posibilidad única.”
En cuanto a su desempeño personal manifestó gratitud por haber logrado un lindo grupo humano, compuesto por personal de diversas nacionalidades, y no solo en el ámbito de la misión sino también en el relacionamiento con civiles, con la población local tanto en Pakistán como en India.
“Uno puede ver como es el día a día en un área de conflicto en la cual los ciudadanos llevan adelante su vida normal de la mejor manera posible. La situación, si bien es imprevisible, es calmada y la presencia de la ONU facilita esa situación pacifica que existe”.
Es indudable que el accionar de las Naciones Unidas contribuye a la paz mundial, permite que una situación de conflicto pueda ser llevada a un status quo. Las misiones de paz contribuyen a que aquellos pueblos que están bajo algún tipo de situación de guerra o conflicto armado puedan desarrollar su vida con normalidad gracias a la presencia o el accionar de las Naciones Unidas.
Finalmente, y al momento de hacer alusión al Día del Personal de Paz de la ONU expresó su agradecimiento “por el compromiso que han tomado” los cacos azules “al participar en misiones de paz representando a sus países y aportando todo el profesionalismo para
que el mantenimiento de la paz pueda continuar siendo efectivo en cualquier área de conflicto alrededor del mundo.”