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Enfermedades humanas han modificado las cadenas agroalimentarias
Así lo dio a conocer Violeta Pardío Sedas, Premio al Decano UV 2023, en la conferencia titulada “Presencia de Vibrio cholerae en alimentos de origen acuático: un enlace con el clima”

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| | 13 Abr 2024 - 22:00hrs



Redacción Universo
Fotos: Cortesía de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias

Tuxpan, Ver., 13/04/2024. El incremento en enfermedades como el cólera, originadas por la presencia de bacterias patógenas en alimentos acuáticos, ha sido factor decisivo en la diversificación de productos, explicó Violeta Pardío Sedas, investigadora de la Universidad Veracruzana (UV), distinguida con el Premio al Decano en 2023 durante su conferencia “Presencia de Vibrio cholerae en alimentos de origen acuático: un enlace con el clima”.

En la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (FCBA) en Tuxpan, en el marco de los Seminarios Institucionales, la Doctora en Ciencias con especialidad en Alimentos por el Instituto Politécnico Nacional, abordó la necesidad de que las empresas aseguren la inocuidad desde la producción primaria hasta el procesamiento, distribución y consumo, es decir, serían responsables de cuidar las cadenas agroalimentarias de manera que los productos sean seguros para la alimentación de las personas.

Pardío Sedas, investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la región Veracruz, comentó que los productos de origen acuático tienen riesgos para la salud y puso como ejemplo a los ostiones, por ser altamente perecederos, que al ser consumidos crudos y sensibles a la contaminación ambiental pueden ser dañinos para las personas, además de requerir un manejo muy cuidadoso.

Abundó sobre la inadecuada práctica de la actividad acuícola que continúa utilizando sistemas antiguos, como la extracción de los ostiones o las almejas con garfias, arrastrando a otros organismos, además de persistir la sobreexplotación y falta de respeto a las temporadas de veda.

Informó que actualmente realiza una investigación en la Laguna de Mandinga, donde se han encontrado detrimentos de las especies nativas. Ahí, el cambio de uso de suelo para la edificación de nuevos fraccionamientos ha significado que –al no contar con planta de tratamiento– las aguas negras se descarguen directamente en la laguna. Aunado a ello, las dunas han sido desbastadas para construir dichos asentamientos, lo cual destruye espacios, favorece la pérdida de recursos naturales y merma la biodiversidad.

Sobre la bacteria Vibrio cholerae, explicó que procede de la familia Vibrionaceae, compuesta por 200 ejemplares, de los cuales 70 pueden dañar a los animales acuáticos y provocar el cólera, afectando significativamente la salud humana.

Aunque sus orígenes están en la India, por las prácticas religiosas de la población que arrojan las cenizas de sus familiares a las aguas, un caso similar se vive en África, donde se vive en extrema pobreza y las medidas de salud no son adecuadas.

Sobre el cólera, abundó que en Latinoamérica en la década de los años noventa se tuvo un registro de aproximadamente 400 mil casos. De ellos, cuatro mil personas fallecieron por esta enfermedad en Perú. Para 1991, México tuvo dos mil 690 casos. En 1995 se atendieron 16 mil 430 y en el año 2000 solamente cinco casos. En 2001 hubo un sólo caso en Colima; en 2013 dos casos en Hidalgo y dos más en Veracruz. Para 2011, Haití reportó 215 mil 936 casos y en 2023 se dieron 30 mil 715; en República Dominicana se llegó a 99 casos y uno más en Colima.

Acerca de los factores que podrían provocar un brote de cólera, explicó que deben considerarse: el cambio climático, patrones generalizados por calentamiento y ondas de calor, eventos de precipitación extrema que causan inundaciones y por tanto estancamientos de agua, crisis políticas y militares prolongadas que impiden el mantenimiento de la infraestructura y drenaje, enfatizando los casos de países como Haití, Somalia y Siria.

Además, se deben considerar riesgos como la falta de acceso al agua potable, la carencia en el tratamiento de aguas residuales, así como la sobrepoblación, turismo, sobrepesca, contaminación, economía, prácticas de higiene no adecuadas y falta de educación ambiental, refirió.

Dijo que en Veracruz se tienen 12 lagunas cuyo potencial productivo es de un millón 900 mil toneladas de especies acuícolas que habitan en estuarios, desembocaduras de ríos y lagunas que van del 10 a 28% de salinidad y de 15.5 a 20 °C; por tanto, pueden contener la bacteria Vibrio spp, superando hasta en 100 veces la contenida en el agua circundante mediante filtración.

Finalmente, destacó que la globalización y el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, junto con las regulaciones de la Unión Europea, han obligado a desarrollar nuevas tecnologías para asegurar la calidad e inocuidad de los productos acuáticos.

A la conferencia asistió la directora de la FCBA, Rosa Idalia Herrera Hernández, así como estudiantes y académicos de los diferentes programas educativos.

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